Para nadie es un secreto que las empresas familiares han constituido siempre la principal iniciativa para el desarrollo de actividades económicas en el ámbito local. Es una situación que es generalizada en todo el mundo, y Venezuela, y aún más específico, Mérida, no escapan a esta realidad. El clima de confianza que se genera en el ámbito familiar, así como el hecho de compartir intereses y valores comunes hacen que las actividades económicas que se emprenden bajo esta iniciativa tengan un gran impacto social, en el sentido que su imagen en el mercado, así como la calidad de sus productos y servicios serán de gran receptividad por parte de clientela, lo que constituirá un valor adicional que propicia a futuro el crecimiento y consolidación de la empresa.
La forma más usual que adoptan las familias para desarrollar un modelo de negocios es la PYME, por cuanto su flexibilidad y adaptabilidad le permite asumir retos y cambios de una forma relativamente sencilla. La pequeña y mediana empresa representa un caso sui generis, en tanto que para garantizar su éxito no amerita grandes inversiones en planta física, maquinarias o en la adquisición de tecnologías, sino que por el contrario, su principal activo, su valor mas significativo, y que garantiza su éxito, está constituido por los valores y canales de comunicación establecidos dentro de su organización.
Ahora bien, pese a esas fortalezas, encontramos en contraposición un fuerte debilidad, el hecho de que esta pequeña y media empresa desaprovecha en ocasiones sus potencialidades al limitar sus actividades a un determinado espacio geográfico, dejando de lado las posibilidades no sólo de adaptarse al mercado nacional, sino también a las economías internacionales.
Su papel en el plano local salta a la vista, sin embargo, en muchos casos sus directivas ameritan ciertos grados de especialización, en el sentido que el conocimiento formal de ciertos criterios de gestión empresarial es sumamente importante para garantizar un buen desempeño, so pena de incurrir en errores que le impliquen altos costos de oportunidad a la empresa.
Toda empresa familiar nace de la idea que tiene un miembro de la familia de poseer una empresa propia en conjunto con sus seres queridos, por ello, todos de forma solidaria aportan su trabajo y propiedades a los fines de materializar tal sueño. Muchas iniciativas se han adoptado por parte de entes financieros y entidades gubernamentales para propiciar el desarrollo de este sector intermedio, pues son fuente generadora de empleos, riqueza y bienestar para las comunidades.
La ciudad de Mérida se caracteriza, según el estudio por tener la mayoría de la pequeña y mediana empresa en manos de familias, es decir, se evidencia que la mayoría accionaria pertenece al núcleo familiar. Sus actividades afectan enormemente el ámbito local, lo que las hace propicias para fortalecer el desarrollo endógeno. Sus fortalezas saltan a la vista, y de forma más acentuada que en otras regiones de nuestra geografía nacional, la presencia de la Universidad, de una zona libre cultural, científica y tecnológica, y la idiosincrasia del andino, hacen de la PYME una opción ideal para el desarrollo de un modelo de negocio que permite el mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades y la obtención de grandes dividendos.
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Este es artículo muy interesante al respecto de las empresas familiares, es un buen punto el decir que son el núcleo de las industrias a nivel regional, con influencia en el ámbito nacional, el estado en su conjunto debiera de trabajar para fomentar la capacitación y tecnificación de estos núcleos familiares a fin de hacerlos competitivos con otras realidades y seguir siendo los verdaderos generadores de puestos de trabajos.
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