viernes, 29 de mayo de 2009

Análisis de la competitividad como Elemento de Sostenibilidad y Eficiencia de las Cooperativas.

Si partimos del hecho que las cooperativas han sido concebidas en nuestro país desde el punto de vista legal como asociaciones abiertas y flexibles, de hecho y derecho cooperativo, de la Economía Social y Participativa, autónomas, de personas que se unen mediante un proceso y acuerdo voluntario, para hacer frente a sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales comunes, para generar bienestar integral, colectivo y personal, por medio de procesos y empresas de propiedad colectiva, gestionadas y controladas democráticamente; encontramos que si bien es cierto, el legislador mantiene una clara visión de esta forma de asociación, nos encontramos en la práctica que la realidad se contrapone en gran medida a todo el conjunto de valores y preceptos que de forma magnifica se plasman en la legislación especial que regula la materia.

Ayuda mutua, esfuerzo propio, democracia, igualdad, equidad y solidaridad deberían ser sus principios rectores, además de valores éticos de honestidad, transparencia, responsabilidad social y compromiso, sin embargo, la realidad venezolana en materia de cooperativismo no es del todo optimista. El mercado, la competitividad, la falta de apoyo gubernamental, la falta de valores, el financiamiento y muchos más factores ponen en tela de juicio la efectividad de dicha forma organizativa.

Los sectores transporte y agrícolas, son en nuestro país los bastiones de esta forma asociativa, en donde transportistas y agricultores se unen a los fines de mejorar la eficiencia y productividad, en el sentido de poder acceder a créditos, adquirir insumos, y en general, hacer sus actividades productivas – servicios, más accesibles al público, en razón de que sus costos operativos bajan considerablemente, además de fomentar el empleo y reducir los niveles de pobreza.


Ahora bien, el desarrollo del cooperativismo ha tenido sus altibajos, la inconsistencia en las políticas gubernamentales, y más que eso, el grave deterioro del capital social en nuestro país, ha provocado que los intereses particulares priven sobre los colectivos, dificultando así el logro del mayor nivel de bienestar para los asociados. El Ejecutivo ha adoptado medidas financieras para rescatar las cooperativas existentes (creación de entes de financiamiento), que por cierto, van en constante decadencia y desaparición de la esfera económica venezolana, pero sólo han sido pequeños paliativos, pues la realidad por más que pretenda negarse, arropa las ficciones que muy a menudo sostienen organismos gubernamentales para señalar que el cooperativismo en nuestro país está fortalecido y más que eso, se encuentra en pleno apogeo.

Es necesario crear conciencia, pero no debemos caer en la falsa concepción de que el Estado Venezolano como máximo benefactor va a venir a solucionar la problemática, sino que por el contrario, le compete a los mismos miembros de estas asociaciones sumar los esfuerzos necesarios para hacer frente a los desafíos que les impone el mercado.

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