La empresa como todos sabemos es movida por el ánimo de lucro de las personas que en principio la constituyeron a partir de una idea en común, las cuales a partir de diversos aportes que efectúen, sean estos en capital, trabajo, recursos materiales, recursos humanos, etc., estarán orientados no solo a llevar implícita la prestación del algún tipo de servicio a la comunidad, sino además de ello, la obtención de utilidades.
La Administración, en figura del gerente, debe coordinar las acciones y tomar decisiones oportunas que permitan la consecución de los objetivos trazados, sin vulnerar los valores personales y sociales de la comunidad, sino que por el contrario deben promoverse.
El empresario, antes de tomar la decisión de crear la empresa, debe hacer un estudio minucioso del microentorno y macroentorno, para establecer objetivamente cuales podrían ser sus posibles limitaciones, además de las alternativas para garantizar el éxito organizacional. Quizás muchos no comprendan la real importancia de tener en sus manos las riendas de una empresa, es por ello que el gerente, más allá de ceñirse a políticas tendientes a la maximización de beneficios, deberá mantener motivado al personal, así como también, deberá emplear e incorporar de forma paulatina el uso de tecnologías de información.
Son estás últimas quienes dictan la pautas en las organizaciones empresariales en la actualidad, ya sean en nuestros hogares o en nuestros sitios de trabajo.
Vivimos en un mundo globalizado, donde el conocimiento se empieza a valorar, ya no en virtud de la producción desde el punto de vista físico, sino que por el contrario, el conocimiento, pasa a constituirse como el principal activo empresarial. La invención, la generación de ideas, la búsqueda del constante mejoramiento en los procesos, en fin, la optimización y eficiencia-eficacia organizacional pasa por una adecuada gestión del capital intelectual.
Ahora bien, no todo se limita al potencial que cada individuo tiene dentro de sí, sino que a la vez implica el hecho de que la organización deberá prestar los canales necesarios para que tal proceso de producción intelectual se desarrolle a plenitud, ¿Cómo se logra?, la respuesta es, a través de la incorporación de las TIC’s. A través de la generación de una cultura de información que amplíe los canales de comunicación, logrando así incrementar la competitividad de la empresa y generándole a su vez mayor valor.
¿Por qué son importantes estas tecnologías? Simplemente porque agilizarán la toma de decisiones, fomentarán el trabajo en equipo, permitirán el desarrollo de una cultura organizacional sólida, generarán mayores niveles de responsabilidad, identidad y pertenencia a la familia empresarial; todos estos beneficios no se circunscribirán a un área especial de la empresa, sino que por el contrario se gestionarán de forma íntegra a todos los niveles organizativos.
El empleo de sistemas tecnológicos además de optimizar los procesos, evitan la incursión en errores en los cuales cualquier ser humano podría incurrir. Sin embargo, esto no quiere decir que el sistema sea infalible, sino que por su naturaleza reduce de forma considerable la incidencia de situaciones adversas que pudiesen generar consecuencias negativas para el buen desempeño empresarial.
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